El esqueleto

Revisando uno de mis cajones,
limbo de algunos recortes, cartas y bisutería,
empolvado, impregnado de memoria
he pensado en ti Raquel,
en aquello
y en todo lo que alguna vez me significaste,
hacía tanto que no te recordaba
¿qué habrá hecho la vida de ti?
hallé además uno de mis escritos,
paráfrasis bizarras e inacabadas,
grafías para algún poema que nunca logré terminar,
tan sólo un esqueleto,
y que además tampoco era para ti Raquel
pues nunca te escribí ni tan sólo una línea,
pienso hoy que por lo menos
alguna te merecías.
Sobre el papel amarillento, frases inconexas,
extensas y confusas y vistas ahora sin saber a que
o a quién estaban dirigidas (pero jamás a ti Raquel)
¡con tan poco sentido!,
-por más que se lo intento hallar-
Como hoy cuando hice la limpieza,
hay momentos en los que el tiempo se percibe intenso,
fuerte como el cerrar de una puerta,
encontrar el esqueleto de un poema
puede ser tan chocante
como el hallazgo de un cadáver
descompuesto y olvidado.//