Una mirada detenida en la distancia
como niebla de coral
se destiende junto a la pálida orilla
donde silente espera la rosa de ultramar
Han de devolver las aves vespertinas
nuestros pensamientos vagos
con la misma inocencia seráfica
de la sombra devuelta por algunos cristales
en la oscuridad
Y habrá de besar el mar el eco de nuestras plegarias
empaladas, extendidas a lo largo del litoral
como una renuncia a la palabra
Manos delicadas deshacen los hermosos nudos
ideados por el viento, desnudando así
el secreto de las nubes en muda
el hada del atardecer es sorprendida
en un suspiro al contemplar
como serenas se alejan las velas contra el horizonte
escoltado por aves enrojecidas
mientras la luna se apaga sigilosa
sobre el trémulo follaje boreal
Más tú
solo siente mis manos y calla
sopla en mi oído aquel albo sueño
pulido bajo el manto
de la canción de las sirenas.//
martes, 30 de mayo de 2006
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