(en algùn hostal del centro de lima)
Oigo rechinar
los cielos humanos
Es invierno
nadie habla
tras los muros trasparentes
los amores flotan
y se gozan solamente
de los ojos para afuera.
Me vuelvo
los cuerpos chocan
y al pretender ocultarse
eyaculan
contra la humedad del techo
violentando como el hielo
la ansiedad por accidente.
Sobre la cama urbana
abierto el yace
A medio desvestir
el alma, sentada a su costado
recortase las uñas
mientras piensa
en esos vástagos traslúcidos
que divagan debutantes
por los últimos imperios
que se empinan zigzagueantes
paralelo a los corazones.
A un lado
la mano envuelta
se muestra
en oscuro sueño
El salvaje
llega
desfalleciente
para lamer las heridas
de cada noche
con una parte del cuerpo
seccionada
del resto del deseo.
Aquí
vida sin vida
crece
luna a luna
bajo el cabello enredado
con secretos suficientes
para no desinhibirse
alcoholizado
destejiendo teorías emocionales
o cubriendo fieras sedadas
Apenas se escribe sin suerte
del amor.//
martes, 9 de mayo de 2006
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