martes, 4 de abril de 2006

Canto al vagar de un reloj

Al deambular indiferente, se que existes
Igualada a los bermejos vicios de esta luna
Refleja, salvaje
Que solo sobre ciertos lienzos humanos se vara
Por donde hubieron de perderse
Las horas en el día
O donde he visto algunas veces desvestirse
Silenciosa a una prístina dama
Igual a un perfume
Tan cerca del horizonte que se alejaba amodorrado
Aunque esta vez
No pueda oír más allá del aullar
de los nocturnos manantiales ya cansados
igual a perros hambrientos
liberando mi sangre
a la promiscuidad de una promesa
ni sentir más que el desgranar sereno
de tus cristalinos pétalos quebrados, paralelos
sobre plumas y aserrín
miro el reloj y se que existes
como una hora que en el día se ha extraviado.//

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