Alguien se para frente a la ventana
su silueta atrae el tacto de la luz
como a clavos
puedo adivinar su sonrisa
de circo abandonado
en un pueblo fantasma del desierto
puedo imaginar la espera
y sus ojos en guardia
hacia donde el dolor se place
como el barro de su encierro
se torna pálido el adormecimiento
desde una andamiaje de huesos
la ola cayendo deletreada
sobre las plumas guardadas en el cráneo.
Hasta conocer la Coramina
habrá que mantener nuestros cuerpos cerrados
el corazón totalmente encorbatado
ascender por eslabones
o por una lengua como una soga encantada
aprender a nadar
en la hemorragia interna
como el tanteo calculado de un ciego
habrá que pararse frente a la ventana
a pescar algún tipo de resfriado.//
lunes, 17 de abril de 2006
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